Al ver la pobreza y miseria que consume cada día a la Republica Democrática del Congo, es difícil creer que en materia de recursos naturales es uno de los países más ricos del mundo, no solo por tener alrededor del 80% del Coltan existente en el planeta; entre sus riquezas entramos oro, uranio, petróleo y gran variedad de piedras preciosas (entre otros).
Los recursos que se obtienen de las múltiples explotaciones de coltan nunca son invertidos en el pueblo, es decir, que el poco dinero que reingresa al país (de los millones que deja tanto el contrabando como las exportaciones legales) son invertidos directamente a los grupos rebeldes que han generado la gran oleada de violencia que sufre actualmente esta Republica, a causa de la guerra que se suscita por obtener control de las diferentes minas de coltan como el control del mercado que lo apetece para sacarlo del país por medio del contrabando y así obtener mayores ganancias.
Es inconcebible ver como la explotación de un mineral usado en la elaboración de equipos médicos (entre otros muchos usos en la tecnología) ha llevado a esta población al límite. La cadena de muerte que cobra por kilo explotado alrededor dos vidas infantiles (esto son contar los cientos de vidas adultas), ya que niños se concibe en si mismos para los explotadores del apetecido metal en una obra de mano económica, que llega a ser gratis puesto que muchos de los niños que se encuentran en total indefensión, alejados de sus familias sin recibir ningún tipo de educación, internados en las minas de coltan trabajan solo por un plato de comida al día.
En los campos donde se encuentra el preciado metal en las fronteras de la Republica Democrática del Congo con Uganda y Ruanda son totalmente inseguros ningún tipo de ente estatal ejerce protección a la población y los Organizaciones Internacionales encargadas de velar por la población civil en medio de un conflicto de esta envergadura como la ONU se convierten en espectadores sin hacer nada radical para combatir dicho problema que mueve millones de dólares de las grandes potencias que usan y que se ven beneficiadas de al explotación de coltan (Estados Unidos, Alemania, Bélgica, Kazajstán , entre otros).
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